La crisis económica derivaría en la necesidad de ahorro de los automovilistas. Además, la distancia social y las restricciones en el transporte público impulsaría el uso del auto particular.

A pesar de que el precio de los combustibles líquidos (nafta y gasoil) está congelado desde hace seis meses, la diferencia con el valor del GNC continúa siendo muy elevada -el ahorro estimado es de $3 por kilómetro-, es por eso que hoy el sector plantea que pospandemia, o partir de que se sumen flexibilizaciones en la circulación en la zona del AMBA, habría un crecimiento exponencial de conversión de vehículos.

Según las estadísticas de Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), durante los dos primeros meses del año se convirtieron desde combustibles líquidos hacia GNC un total de 22.000 vehículos, lo que representó un crecimiento del 5% respecto al mismo período del año anterior. Estas cifras plantearon muy buenas expectativas en el sector porque tradicionalmente durante los meses de verano se concretan menos reconversiones.